martes, 24 de septiembre de 2013

ATROCHANDO POR LURIANA

SUBIDA AL CORISCAO (2.235 MSNM) POR EL VALLE DE LURIANA

Actividad: Ruta circular desde la carretera de Portilla de la Reina al Puerto de Pandetrave, subiendo por el Valle de Luriana, volviendo por el mismo valle, pero por diferente recorrido.
Longitud: 13 km
Track en wikiloc (pendiente)
Desnivel acumulado subiendo: 800 metros
Desnivel acumulado bajando: 800 metros
Altitud máxima:2.235 msnm
Altitud mínima: 1.435 msnm
Duración: 6h 30min.
Fecha: 11 de Agosto de 2013

El Caminante, ya lo hemos dicho otras veces, es partidario de ambientes solitarios. Huye del bullicio cotidiano, y solamente en la montaña disfruta de su mismidad sin perturbaciones. Sus salidas hacia las cumbres suelen ser anacoréticas, marcadas a partes iguales por la contemplación y la penitencia, por el silencio y la frugalidad.

En consonancia con lo anterior, valora positivamente no cruzarse con nadie mientras camina, y no desdeña descolgarse unos metros o adelantarse otros tantos de sus compañeros de fatigas durante ratos prolongados en los que la única conversación es la que sostienen las suelas de las botas con el terreno que pisan, en una cantinela rítmica a la que se suman otros sonidos de fondo, como el roce del nylon de los pantalones, el tintineo de una hebilla suelta, o el propio resuello que produce el esfuerzo.

Y así es como, muchas veces, El Caminante busca rutas menos trilladas para subir a los picos y cerros a los que se enfrenta.



El acceso más común al Pico Coriscao es una excursión relativamente sencilla que, partiendo desde el Puerto San Glorio, accede al Collado de Llesba por una pista apta para todo tipo de vehículos desde donde una senda muy marcada remonta la divisoria de aguas de la Cordillera Cantábrica. Precisamente porque se puede llegar en coche hasta el Monumento al Oso, esta es una ruta, con buen tiempo, apta para todos los públicos, incluyendo a los no habituales de la montaña.

Existe, sin embargo, otro acceso desde el Oeste, que remonta un Valle con nombre femenino y misterioso, del que poco se sabe: el Valle de Luriana.

Para emprender la marcha, es conveniente aparcar el coche a unos seis kilómetros de Portilla de la Reina, en la carretera que va hacia Pandetrave, justo tras cruzar el Arroyo Luriana.

Vista del punto en el que la carretera cruza el Arroyo Luriana. Algo más arriba, a la izquierda, se aprecia la explanada para dejar el coche.

Desandando unos metros, en la curva anterior al puente nace una pista forestal que decididamente empieza a salvar el desnivel, buscando el sol que arrogante exhibe su músculo en un verano especialmente caluroso.



 Pronto el camino se adentra un bosque refrescante con cierto interés botánico, en el que, además de diversas caducifolias, pueden encontrarse algunos tejos.


Tejo (taxus baccata)
Al rebasar la cota 1.500, se difumina el bosque, y empieza a tomarse perspectiva. Se alza en el centro del valle un cerro, casi tapando al Coriscao, que se asoma a la derecha.



Resulta este tramo que transcurre por la ladera pelada un tanto árido e inhóspito hasta cruzar el regato que desciende desde el circo Lurianeta, al pie del Pico Vallines.



El camino hace un giro a la derecha y se arrima a las morrenas que atestiguan el pasado glaciar del lugar. Próximo se alza el imponente farallón de la cara norte del Pico Vallines.

Cara Norte del Pico Vallines (2.153 msnm). A la izquierda, Calar de Juanito (2.003 msnm).

Circo Lurianeta.
Inmediatamente, el valle se abre y aplana. Unos mastines aguardan al visitante sin mucho afán de intimidar. Se conoce que se encargan de mantener el orden en el rebaño de vacas que rumia en las proximidades del Chozo de Luriana.

Mastines pastores. Al fondo a la izquierda, el Chozo de Luriana.


Las rodadas de la pista mueren en un lodazal de boñigas aledaño al chozo. El Arroyo Luriana desciende por un congosto labrado en la roca por los hielos que puede salvarse por una orilla u otra, a gusto del consumidor, buscando camino por encima de los resaltes de piedra que encajonan el cauce de agua.


En este punto, se aprecian por doquier aparentes caminos en la montaña. Son realmente, trochas abiertas por las vacas que caprichosamente surgen o desaparecen en la ladera, sin que necesariamente la trayectoria de estas sendas bovinas se acomode a la que busca el humano.


Hacia adelante, el Coriscao engaña, dando una sensación de suavidad en la pendiente que pronto será desmentida.



Optan El Caminante y su amigo por remontar desde aquí el valle por la izquierda. Los tracks previamente grabados en el GPS se corresponden con rutas de esquí de travesía, y no siempre ilustran fielmente acerca del camino más adecuado para subir caminando. En este caso, un vistazo retrospectivo a los mapas sugiere que una alternativa hubiese sido remontar por la ladera derecha hasta enlazar con un camino que desciende desde los puertos que comunican con el Río de los Vados, para después acometer el Coriscao desde el Sur.


Al echar la vista atrás, se abre el Valle de Luriana. En la panorámica, sobresale la espina de piedra de la Calar de las Corcadas de Ceranzo, que pasa a engrosar inmediatamente la lista de cumbres pendientes.

Valle de Luriana.

Calar de las Corcadas de Caranzo (2.053 msnm).
Subir próximo al Arroyo Luriana se demuestra erróneo, puesto que pronto el laderón del Coriscao se echa encima avasallador, obligando a buscar alternativa a la subida en línea recta.



Por fortuna, a media pendiente nace un camino que busca directamente el Collado de Valdeloso, trazando una diagonal más asequible. Se corona el Collado junto a un característico diente de piedra, y emergen montañas hasta ahora ocultas.

Collado de Valdeloso (2.054 msnm)

Macizo central de Picos de Europa

Peña Prieta. Abajo, el Puerto de San Glorio.

Poco después, el pilar del vértice geodésico que se empieza a adivinar demuestra que el objetivo del día está al alcance de la mano.




Arriba, toca hacer fotos desde el que probablemente sea el mejor mirador hacia los Picos de Europa.

Picos de Europa (macizo occidental)

Macizo Central de los Picos de Europa. Abajo, Fuente Dé.

Por último, el macizo Oriental de Picos de Europa.

Peña Prieta, Tres Provincias, y Cuartas.
Al reanudar la marcha, hay que salvar un descenso pedregoso arrimado a los precipicios que se descuelgan hacia la vertiente cántabra. Un rebaño de cabras, con mastines menos amistosos que los del Chozo de Luriana, encuentra en estos desniveles abruptos su hábitat natural.



Desde los puertos de Salvorón, se observa la laguna que da lugar al río del mismo nombre.


El Coriscao muestra desde esta perspectiva un perfil más afilado y atractivo.


Se plantea el dilema ahora de si completar la ruta accediendo al Valle de Puermán, o bien descender de nuevo por el ya conocido de Luriana. La pared oriental del Pico Escaño, que se interpone en el camino, se impone a la fatiga de dos días de montaña, y la opción elegida es intermedia: bajar por Luriana, pero a media ladera, dejando el fondo del valle a la izquierda.



Toca, por tanto, adentrarse en el entramado de trochas de las vacas, tratando de acertar cuál es la buena, dejando a un lado enormes pedreras intransitables, hasta dar a una majada en desuso por encima del Chozo de Luriana, propicia para detenerse a comer.

Últimas vistas del Coriscao.



Y así, atrochando, atrochando, los montañeros por poco se convierten en escaladores, y concluyen que algunas de estas trochas puede que las hayan abierto, no las vacas de Luriana, sino las ciervas antes vistas en la distancia. Se impone, por tanto, bajar por una llambria inclinadísima que, ahora sí, conduce al fondo del valle y al camino que enlazará con la ruta de subida, no muy lejos del punto de partida.



Remata así el paseo por el valle de Luriana. Si añora el lector las pedanterías propias de estas crónicas, en la que se refieren hechos históricos, toponimias y anécdotas de mayor o menor calado, no culpe a quien esto escribe, sino a la ausencia casi absoluta de referencias, lo que da fe del carácter recóndito de estos parajes. Así lo acredita también el feliz hecho de que El Caminante y su compañero no se hayan cruzado con nadie en toda la caminata.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Efectivamente, muy bonito. Es muy interesante poder comprobar el modelado glaciar en determinadas zonas de alta montaña. Muchas gracias.

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